Dentro de todas las acciones y agentes que componen el ciberespacio, uno de los que más preocupa, sobre a gobiernos y organismos públicos, es el fenómeno de la desinformación. Tal es la importancia que el Centro Criptológico Nacional (CCN-Cert) ha elaborado el Informe de Buenas Prácticas BP/13 Desinformación en el Ciberespacio bajo el precepto de que “nos encontramos ante uno de los mayores retos de seguridad del país”.
El objetivo del texto es explicar las principales características y metodologías de las actuales acciones de desinformación para que los ciudadanos y los usuarios finales de medios de comunicación digitales dispongan de las herramientas que les permitan consumir y compartir información de manera crítica “y evitar ser cómplices involuntarios de acciones ofensivas contra los intereses del Estado”.
Pero, según pone de relieve el estudio, evitar ser víctimas de una campaña de desinformación no es responsabilidad de un único agente. “Las instituciones públicas tienen la obligación de desarrollar las capacidades necesarias para prevenir, detectar y neutralizar las ofensivas de desinformación que se genera contra un Estado”. Asimismo, reza, las empresas privadas deben evitar que sus plataformas digitales se conviertan en herramientas empleadas en campañas maliciosas contra los ciudadanos y los sistemas de gobierno legítimos. “Y el mundo académico tiene que seguir investigando y generando evidencias científicas sobre las metodologías y consecuencias que las campañas tienen en la opinión pública y la gobernanza”.
Entre los consejos propuestos destacan: analizar la fuente de las noticias, dudar de los pantallazos recibidos por redes sociales, saber quién comparte cada noticia y en qué contexto, tener cuidado con las cuentas falsas, mantenerse alerta a los contenidos patrocinados de origen desconocido o desarrollar pensamiento crítico.
Fuente: https://cso.computerworld.es